martes, 14 de julio de 2009

INMEDIACIONES DE LA ZARZADILLA DE TOTANA


Inmediaciones de la Zarzadilla de Totana, el pasado enero, bajo una tupida capa de nieve. Una imagen refrescante, sin duda, para estos días de calor afixiante.
Foto: Ana Martínez Melenchón.

CAMINO A LA SIERRA EN DÍA NUBLADO


Camino a la sierra en día nublado.
Foto: Ana Martínez Melenchón.

Sierra Espuña al fondo, vista desde el Collado del Sudador.
Foto: Ana Martínez Melenchón.

miércoles, 8 de julio de 2009

LOS ARRIEROS

“ En las arenas bailan los remolinos,
el sol juega en el brillo del pedregal,
y prendido a la magia de los caminos,
el arriero va, el arriero va…”
Atahualpa Yupanqui



Una figura clave asociada al monte, es el arriero. El arriero es el encargado de acarrear los productos del monte y la leña para prender fuego en los hornos de pan, o en los hornos de las ollerías.

Etimológicamente, el término arriero proviene de la palabra española arrear, estimular a las bestias para que echen a andar, para que sigan caminando o para que aviven el paso; esta palabra, a su vez, proviene del vulgar 'arre', voz utilizada para tal fin.

El arriero es, pues, un transportista, que utiliza bestias de carga como el burro y la mula para acarrear el material.


TOPÓNIMOS.

Uno de los manantiales de Sierra Espuña situado en el área de Gebas lleva la denominación “Fuente de los Arrieros”. En Almería encontramos el “Camino de los Arrieros” y la “Posada de los Arrieros”, hoy convertida en Hotel Rural. Otra casa rural, situada en el pago de El Arreaque, en el término municipal de Mula, fue lugar de encuentro “de los arrieros que antiguamente viajaban por estas tierras”.

Para saber más de los arrieros, entrevistamos a Antonio Palazón Boluda, muleño residente en la calle Carretería, el cual pasó gran parte de su vida laboral dando portes con su borrico.


LA ENTREVISTA


1)- Díganos qué edad tiene usted y a qué edad comenzó en la arriería.

- Pues tengo 86 años. Primero empecé a trabajar en el molino de Antonio Zapata, hasta irme a la mili. Siete u ocho años estuve en el molino. Y al venir de la mili, tendría yo unos 23 años, me enganché con mi padre con los burros, a sacar basuras, a meter frutas, A tó eso en la huerta, porque entonces no había caminos y nos metíamos con las bestias a los bancales. Y cuando no había que sacar fruta, pues al monte iba, a traer leña para las ollerías y para los hornos.

2)- ¿Qué le llevó a elegir la arriería como medio de subsistencia?, ¿venía usted ya de arrieros precedentes?, ¿su padre o su abuelo fue o fueron arrieros?

- Claro, mi abuelo y mi padre eran arrieros. Y eso, cuando yo tenía unos 14 ó 15 años, el tío Antonio Zapata le dijo a mi padre, “déjeme usted al zagal”, y mi padre me dejó allí con él.

3)- A lo largo de su vida laboral daría usted portes muy distintos, fuese acercando leña a los hornos, tierra a las ollerías, o acarreando cajas de fruta por las antiguas sendas de la huerta de Mula. ¿Qué portes prefería usted dar… o no tenía usted preferencias?

- Sí, y metiendo basuras en la huerta de Mula. Preferencias no tenía ninguna; yo estaba ahí para lo que me avisaban. Me avisaban los Pelaos, que entonces hacían unos montones inmensos de basura; cal Sombrerero, a meter basuras… Una seroná (cinco capazos) a cada dos árboles.

4)- ¿Y qué cobraba usted, por ejemplo, por un porte de leña traída desde el monte a los hornos de las ollerías?

- Úf… no llegaba al duro. No llegaba al duro por carga, en los años ’50 y ’60. Mi padre llegó a dar portes por unas tres pesetas…


5)- ¿Qué tipo de portes era más frecuente?


- Pues dependía de la época del año; pero lo que te iba diciendo: frutas, basura, leña… Hacíamos cargas de monte para las ollerías, y aparte hacíamos un haz de leña fina o algo más y se la echábamos a los burros, así en los láos de las cargas y ese haz de leña lo vendíamos ahí en el Puente Santo, a peseta, pa sacar pa las Guías (especie de salvoconducto o permiso expendido por la Guardia Civil, el cual costaba a los arrieros en torno a la peseta, que recuperaban con la venta de esos haces de leña fina), y con eso pues pagábamos la Guía y podíamos echarle a los burros un puñao de cebada sin haber de mermar el miserable jornal que ganábamos. A mi padre le metieron tres meses de cárcel por una carga de monte, por no llevar la Guía, y gracias al Ramón el Caimán, que se hizo cargo de los burros, pudimos subsistir en esos meses, pues cuando encerraron a mi padre nosotros éramos muy pequeños y lo que él ganaba era lo único que entraba a la casa.

6)- En los portes de leña o tierra para las ollerías, ¿había de recoger usted los materiales, o simplemente los cargaba y los transportaba?

- Tierra para las ollerías yo no he llevado nunca. La tierra las traía los carros de vacas. La traían de allá de ca don Pedro Cobos… Yo traía leña, que había que hacerla allí en el monte. Habíamos de arrancar romero por romero, gobernar tus tres haces de leña para completar la carga: uno a cada lado y otro encima…


7)- ¿Recuerda usted haber dado portes fuera de Mula, con materiales realizados en las ollerías, como cazuelas, ollas, pucheros, etc? ¿Cuál fue el viaje más largo que dio? ¿A dónde hubo de ir?


- Ollas y eso, yo no. Mi padre sí, él acercó material de ese a los mercaos, alguna vez Igual había de ir a Bullas, a Campos del Río…

8)- Y por un viaje de esos… ¿Cuánto solía cobrar usted?

- Pues igual que si hubiera ido a por una carga de monte.


9)- ¿De donde traía la tierra para las ollerías?


-NOTA: está respondida en la nº 6.

10)- ¿Tuvo usted algún problema con los guardias por acarrear leña en épocas de prohibición, o en épocas de prohibición no se acarreaba leña?

- Sí, claro, con ellos tuve más de un problema; más que nada discusiones y eso. Te paece una vez… Salíamos a las 5 de la mañana a por un viaje de monte, a Beto, cuando no había Guías. Y cuando veníamos pa quí por los Collaos de Herrero, estaba la Guardia Civil y más de una vez le dijeron al pobre de mi padre que llevara las cargas al asilo, y las teníamos que llevar al asilo después de estar bregando desde las cinco de la mañana…

11)- ¿Y problemas con los animales? ¿Le volcaron la carga alguna vez?

- Más de una vez, sí, sobretodo al cargarlos pues si los animales eran nuevos y no los conocíamos mucho igual se apartaban en cuanto tratábamos de echarles la carga. Si eran viejos no; esos se quedaban y con ellos no teníamos problemas.

12)- Vi en Marruecos que lo arrieros de allí utilizaban ratas muertas, secas, que colocaban cerca del hocico del animal cuando este estaba en celo, para disuadirle de montar a sus congéneres a fin de que no le volcasen la carga. ¿Qué remedios utilizaban los arrieros de Mula?

- El remedio que utilizábamos aquí era la vara. En cuanto pasábamos cerca de alguna burra en celo los machos se ponían a rebuznar y eso y había que persuadirles; les dabas un leñazo y les decía “¿Qué pasa? ¡Tira!”

13)- He visto entre sus fotos de época, lo bien enjaezado que llevaba usted a su borrico. Es más, estoy por decirle que nunca vi animales de arriería tan maqueados, y eso que he visto recuas de asnos fuese en Mula, en Andalucía o en el norte de África. ¿Le llevaba mucho tiempo enjaezar a su animal de transporte?

- Pues… íbamos, como en cualquier oficio, a ver quienes teníamos mejores bestias, o quien las sacaba mejor… Nos juntábamos varios arrieros y a lo mejor decíamos, “¿vamos a subir al Niño a almorzar?” Y nuestra ilusión pues era esa, aparejar a los burros con sus aparejos buenos y hale al Niño a almorzar. No era cosa que hiciéramos tós los días, pero de cuando en cuando sí nos gustaba ir. ¡Y nos poníamos allí a gusto!, ¿sabes?...


14)- ¿Y qué comía el animalico? ¿Cebada?


- Cebá y paja, y hierba. De comer no les faltaba. ¿Cuánta hierba habré segao yo!

15)- Cuéntenos usted alguna anécdota que haya vivido y le parezca digna de mención.

- Pues esa que te decía, de llevar las cargas ya hechas y que la Guardia Civil nos detenía y nos hacía llevarla al asilo, porque a lo mejor no llevábamos la Guía. Vamos, que perdíamos el día, trabajado de sol a sol y luego de llevar las cargas donde la Guardia Civil nos decía teníamos que presentar en el cuartel un papel, justificando la entrega en el asilo. Mi padre hubo de ir una vez o dos a Ricote, a pagar las denuncias… ¿Cuántas penas habremos pasao?...

16)- ¿Recuerda haber subido por la empinada Cuesta del Rayo, entre Casas Nuevas y Espuña? Ya ni aparece en los mapas esa senda…

- No, por la zona esa no iba yo; yo iba más por la zona esa de Beto. A Sierra Espuña he ido varias veces pero por cargas de agua a la fuente de Perona. Íbamos por dos cargas de agua, y allí siempre nos pagaban un poco más del jornal. No, por la Cuesta del Rayo no pasábamos: para subir a la fuente de Perona echábamos por la cuesta que le dicen o le decían de La Sepultura, por una senda que había…



Entrevista realizada a……………………….. Antonio Palazón Boluda



Manuel Risueño
Mayo, 2009

martes, 7 de julio de 2009

LA SIERRA


La sierra de Pedro Ponce, está localizada en el sector central de la región de Murcia, aunque se halla algo escorada hacia poniente. Su extensión se reparte entre el nordeste del término de Lorca y el suroeste de Mula. Muy próxima a ella, al sureste, queda la sierra de Espuña, buque insignia de los espacios naturales murcianos; mientras que al noroeste se alinean, una tras otra, las recias sierras de Lavia y Burete, pertenecientes al término de Cehegín.

No es la de Pedro Ponce una sierra aislada, como tantas otras de las que se esparcen por el territorio regional. Por el contrario, está integrada en un macizo montañoso de buenas proporciones, que comparte con otras dos sierras: la del Cambrón y la del madroño. Barrancos, ramblas y collados constituyen las difusas fronteras naturales que marcan sus límites; si bien la uniformidad del macizo hace que, sobre el terreno, pasemos de una a otra sierra sin apenas reparar en ello.

Alberga las mayores alturas de la zona, exceptuando las de Espuña, y su línea de cumbres supera holgadamente los 1.400 metros. El Morrón del Rivazuelo (1.529 m), el Cerro de la Selva (1.521 m) o el Cerro de Ponce (1.443 m) son una clara muestra de ello. Un buen número de cauces fluviales intermitentes drenan esta abrupta montaña, entre los que destacan el Barranco del Horcajo, la Rambla del Cargador, el Barranco del Madroño, el Barranco de Ponce o el Barranco de la Mula. En invierno son frecuentes las nevadas, alcanzando algunas de ellas gran intensidad.

El origen calizo del macizo ha dado lugar a la existencia de varias surgencias y fuentes que se reparten por la montaña (Mena, Madroño, Poza del Sudador, Los Tornajos) y sus alrededores (Majada Morales, del Roble, del Lobo, la Jara, El Royo...), si bien hoy algunas de ellas permanecen secas o presentan un escaso caudal. De todos estos nacimientos, el más importante y copioso es el que mana a unos cientos de metros de la población de Zarzadilla de Totana. Prueba de la abundancia y la calidad del manantial, fue la construcción, en la segunda mitad del siglo XVIII, de un acueducto para abastecer con sus aguas a la ciudad de Lorca.

Juan Antonio Moya Sáez.
"Sierra de Pedro Ponce. La montaña olvidada. Diez excursiones para descubrirla desde Zarzadilla de Totana".

viernes, 3 de julio de 2009

ZARZADILLAS, ZARZALEJOS y AGUAS de PEDRO PONCE

A 861 metros de altitud sobre el nivel del mar (1), en la solana de la Sierra de Pedro Ponce, está situada la “pequeña, tranquila, y casi olvidada, población rural” (2) de Zarzadilla de Totana.

Sus 550 habitantes convierten esta pedanía alta de Lorca en el núcleo poblacional más importante de la Sierra de Pedro Ponce, aunque no es la única Zarzadilla ubicada en las laderas de la sierra: otras dos Zarzadillas, más pequeñas situadas al N de la sierra, en el término municipal de Mula, le dan nombre al Barranco de Zarzadilla, el cual confluye con la Rambla de Calvillo unos metros al N de la confluencia del Barranco del Tendejón. Son ellas la Casa de la Zarzadilla de Arriba y la Casa de la Zarzadilla de Abajo, situadas ambas en un núcleo de casas relativamente amplio, en un no muy extenso territorio entre los pagos de El Carcavalar, Los Bernabeles y El Francés.

Desplazado al NO, integrado en el pago de El Pradillo, a una altitud sobre el nivel del mar en torno a 900 metros, encontramos El Zarzalejo. Tanto este como la Zarzadilla de Totana se asientan sobre un enorme acuífero que alimenta el caudal de varias fuentes diseminadas por la sierra de las que, por su aprovechamiento, destacamos dos: una en el término municipal de Lorca y otra en el término de Mula:

- La fuente de la Zarzadilla
- El pozo de El Pradillo.

A tenor de lo que leemos en Moya, “la primera referencia a Zarzadilla no aparece hasta el siglo XIV, en el que se cita la “Fuente de la Sarsadilla” como un remoto paraje del Concejo de Lorca”. (3)

Esa fuente llevará su agua a Lorca a partir de 1781, tras la construcción del Acueducto de la Zarzadilla, para paliar la sed de una ciudad que sobrepasa en el XVIII los 40.000 habitantes. “El costo total de las obras –dice Moya- fue tasado en 1.296.533 reales de vellón”. Una fortuna en aquella época, sin duda.

El agua de la Fuente de la Zarzadilla alimentó las fuentes de San Cristóbal y Santa Quiteria, en la ciudad de Lorca, hasta el pasado siglo.

El Pozo de El Pradillo es más reciente, fruto de una perforación de 270 metros de profundidad, realizada en 1981, “con un caudal aforado de 138 l/seg., situado en la Sierra de Ponce, al Norte del término municipal de Mula, desde donde se conduce el agua por tubería en un tramo de 8 km, para verterla en las proximidades del río Mula”. (4)

La surgencia del pozo de El Pradillo, con sus 138 l/seg., se aproxima al caudal medio que el río Mula llevaba hacia 1930, sin los aportes del río Pliego. Gracias al pozo de El Pradillo se garantiza “un caudal ecológico mínimo de 30 l/seg.”, en el río Mula, que equivale a un aporte diario en torno a los 2592 metros cúbicos del preciado líquido elemento. Del resto de agua se evapora un alto porcentaje y la restante riega los huertos de frutales muleños que asombraron al geógrafo andalusí “nacido cerca de Granada, seguramente en el año 1210” (5), Abu l-Hasan Alí Ibn Said He-Hagribi.

Nuestra sierra común rezuma agua, y aquellas fuentes “no nombradas” en el siglo XIV, cobran nombres propios, como Mena, Madroño, Poza del Sudador, Los Tornajos, Majada Morales, Fuente del Roble, del Lobo, la Jara, el Royo, del Pradico, de la Canalica, las fuentes de la Huerta del Puerto, la del Prado del Pavo, la fuente del barranco de los Selvares, la del Montés, las Perulas, la de la Casa de los Pinos, la de la Casa de las Nogueras, la del Prado de los Navarros…

Estos nombres, con estas calores, vienen a refrescarnos la memoria y a mostrarnos la veracidad de las palabras de “El Serrano” y su hija Ana, en la entrevista realizada a Rafael Martínez y Blas Sánchez a final del verano pasado y que hemos albergado en este blog

“Rafael. … sentimos un ruido como de un golpe de agua, tremendo, que caía, o sería viento aquello… no sabíamos lo que podía ser. Y ya te digo, acercábamos el oído y se oía eso, como si hubiera caído un golpe de agua desde lo alto de un salto. Después fue el Cojo y metió un barreno por ver si había agua allí, y la enterró también.

Ana. En estos montes hay un acuífero bastante grande.”

http://laselvaeditorial.blogspot.com/2009/06/entrevista-rafael-martinez-y-blas.html

A la vez que aprendemos a conocer este trozo de mundo, aprendemos también a respetarlo y a quererlo. Su protección y conservación debe aunar el esfuerzo de los ayuntamientos de Lorca y Mula, cuyos términos municipales se reparten la sierra desde el Puerto del Aceniche a la vertiente S de Peñarrubia (que también la hemos vista escrita Peña Rubia), e incluso más al S, quedando en el término de Mula la umbría y en el término de Lorca la solana, intercalando zonas de una y otra los dos términos.

Manuel Risueño Moreno.

--------------------------------------------------------------------------------

(1)- Mapa de “COY”, del Instituto Geográfico y Catastral.
(2)- Moya Sáez, Juan Antonio. “Sierra de Pedro Ponce. La montaña olvidada”. Consejería de Turismo, Comercio y Consumo de la Región de Murcia. Ayuntamiento de Lorca, CAM. Murcia, 2006.
(3)- Ibídem.
(4)- VV.AA. “Modernización de los Regadíos Tradicionales de Mula” (3ª edición). Comunidad de Regantes Pantano “La Cierva”, Caja Murcia. Murcia, 2003. En la nota se aprecia un error cardinal pues la Sierra de Pedro Ponce no está situada al Norte del término municipal de Mula, sino al Oeste.
(5)- González Castaño, Juan. “Una villa del Reino de Murcia en la Edad Moderna (Mula, 1500-1648)”. En cita a Carmona González, Alfonso en “Noticias geográficas árabes referentes al Bilad Tudmir”, Murgetana, nº72. Academia Alfonso X El Sabio. Murcia, 1987: “la ciudad de Mula está al oeste de Murcia, posee huertos exuberantes”.

jueves, 2 de julio de 2009

MADROÑO, PEDRO PONCE, CAMBRÓN. ¿Cuántas sierras son?

Los cartógrafos, no parece se pongan muy de acuerdo a la hora de señalar en los mapas la ubicación de unas sierras vecinas: Cambrón, Madroño y Pedro Ponce pues, según sea el mapa que se coteje así será, también, la señalización y ubicación de dichas sierras. Nos encontramos, pues, ante un acertijo de no muy simple solución, que consideramos necesario resolver aunque la competencia sea de los cartógrafos, no nuestra.


Veamos.


- En el mapa que muestra la página 19 del libro de Moya (1), la de Madroño no aparece como sierra, sino como cima y, Pedro Ponce, ha desaparecido en beneficio del topónimo Sierra Cambrón.


- En el “Mapa Topográfico Nacional” del Servicio de Cartografía del Instituto Geográfico Nacional, utilizado por el Ayuntamiento de Mula en 1997 para el “Plan General Municipal de Ordenación de Mula”, se la llama Sierra de Pedro Ponce.


- En otro de los mapas cotejados, reproducción de uno albergado en el Catastro Municipal de Mula, aparece el topónimo Sierra de Pedro Ponce en el lugar que ocupa Sierra Cambrón en el mapa del libro de Moya y, Sierra Cambrón, bajo las Lomas de Ciller y La Selva, que además de aparecer como cima lo hace como extensión considerable en la solana de la sierra.


- En el “Mapa Turístico de la Región de Murcia, donde vive el sol”, no se ve por ninguna parte el topónimo Sierra de Pedro Ponce. En su lugar está Sierra Cambrón, y Sierra del Madroño al S-SO de Zarzadilla de Totana.


- En el “Mapa de la Cuenca Hidrográfica del Segura”, del Ministerio de Medio Ambiente, los topónimos Sierra Cambrón y Sierra del Madroño están situados en los mismos espacios que señala el mapa anterior.


- En un mapa impreso en los Talleres del Instituto Geográfico y Catastral, cuya fecha de edición desconozco, la cosa se complica un poco más, pues la Sierra de Ponce aparece al S de Sierra Cambrón.


- Para el ex alcalde de Lorca, Miguel Navarro Molina, está claro que Pedro Ponce y Cambrón son dos sierras distintas. En la “Presentación” del libro de Moya, dice: La Sierra de Pedro Ponce se alza entre Sierra Espuña y la Sierra de Lavia, entre la Sierra del Madroño y la Sierra del Cambrón

.

- Moya también distingue una y otra sierra: “A las espaldas de la población (de Zarzadilla de Totana) se levantan las sierras de Pedro Ponce y El Cambrón”. (Véase pág. 15 de su libro).


- Y la Red Natura 2000, ignora los topónimos Madroño y Pedro Ponce, unificando tres sierras en una: “Burete, Lavia y Cambrón”, complicando aún más el acertijo.


La clave para la resolución la aporta el propio Moya cuando escribe:


No es la de Pedro Ponce una sierra aislada, como tantas otras de las que se esparcen por el territorio regional. Por el contrario, está integrada en un macizo montañoso de buenas proporciones, que comparte con otras dos sierras: la del Cambrón y la del Madroño. Barrancos, ramblas y collados constituyen las difusas fronteras naturales que marcan sus límites; si bien la uniformidad del macizo hace que sobre el terreno, pasemos de una a otra sierra sin apenas reparar en ello.” (Véase pág. 20 de su libro).


¡He ahí la clave para la resolución del acertijo, base a la vez para la confusión de los cartógrafos!: “lasdifusas fronteras naturales que marcan sus límites”, “la uniformidad del macizo”. Moya es certero en su apreciación, y no será otro, sino el de Pedro Ponce, el nombre atribuido a la sierra, no sabemos certeramente cuando.


BASE TOPONÍMICA.


La denominación Sierra de Pedro Ponce es acuñada, al parecer, no en el “Libro de la Montería del rey Alfonso XI” (“La sierra de Pero Ponce es buen monte de oso et de puerco en invierno. Et en este monte hay unas fuentes que no son nombradas”) (2), sino en 1580, pues algunos suponen que el tal Ponce fue montero de Felipe II y esa sierra estaría a su cargo.


Sin embargo, no está claro que fuese ese el motivo del nombre, pues 55 años antes, es decir, en 1525 y a tenor de lo que puede leerse en Moya (pág. 20), hay documentado un escrito del Marqués de los Vélez, “referido a la Sierra de Pedro Ponce. Año 1525.” Moya Sáez extracta de ese documento:


“…hay tan grandes montes de leña y madera

que en mil años no se podrían acabar.”


Así, si validamos dicho documento, dado que Alfonso XI (1311-1350) fue rey en el siglo XIV, se podría conjeturar, con más sólida base que el libre albedrío, que la denominación Sierra de Pedro Ponce se remonta como poco al siglo XIV, siendo posible fuese dado hacia mitad del siglo XIII, tras la conquista castellana de este trozo de mundo, islamizado, que daría a sus topónimos geográficos otro cariz, acorde a una cultura diferente.


En la Respuesta general nº17 del Catastro de Ensenada (Lorca, 1755), se dice que, de las “Tres fábricas de minas de plomo” existentes en el término de Lorca, una está “en la sierra que llaman del Caño; otra en donde dicen Rincón de Campo Coy; y la tercera en la sierra que dicen de Pedro Ponce”. (3)


Moya Sáez nos aclara que, “La minería –en concreto, la extracción de plomo-, fue una actividad económica realizada durante siglos en la Sierra de Pedro Ponce. Ya en el siglo XVI, el Marqués de los Vélez citaba el minero de Pedro Ponce, situado en “la halda de la sierra de Pedro Ponce a la parte de la solana y mediodía.” (Véase pág. 41 de su libro).


Vemos, pues, que el topónimo Sierra de Pedro Ponce precede en mucho a Sierra de-l Cambrón, aunque este nombre esté en la actualidad desplazando al de Pedro Ponce.


Manuel Risueño Moreno


(1)- Moya Sáez, José Antonio. “Sierra de Pedro Ponce. La montaña olvidada. Diez excursiones para descubrirla desde Zarzadilla de Totana”.Ayuntamiento de Lorca, Consejería de Turismo, Comercio y Consumo de la Región de Murcia. Natursport. Murcia, 2006.

(2)- Citado por Gonzáles Castaño, Juan. “Una villa del Reino de Murcia en la Edad Moderna (Mula, 1500-1648)”. Academia Alfonso X El Sabio, Ayuntamiento de Mula, CAM. Murcia, 1992.

(3)- VV.AA. “Lorca 1755. Según las Respuestas Generales del Catastro de Ensenada”. Centro de Gestión Catastral y Cooperación Tributaria del Ministerio de Economía y Hacienda; Grupo Tabacalera; Ayuntamiento de Lorca. Madrid, 1990.